Indonesia. 30 de septiembre de 1965. Con el presidente Sukarno cada vez más debilitado y acorralado, el teniente coronel Untung dirige un golpe acusando de corrupción a los jefes militares del país. Al día siguiente, el general Suharto da un contragolpe aplastando la sublevación. De este modo, Suharto arrincona y desplaza a Sukarno, y acusa al Partido Comunista de estar detrás del primer golpe. El ejército, colaborando con grupos paramilitares, inicia una masacre contra los comunistas -reales o imaginados- que sirve de pretexto para acabar con sindicatos, cooperativas y organizaciones civiles de todo tipo. Las cifras del exterminio no están claras, pero oscilan entre el medio millón y los dos millones de muertos. Además, cientos de miles de personas fueron encarceladas, torturadas y recluidas en campos de concentración.

Los Estados Unidos proporcionaron al ejército indonesio listas de supuestos miembros del Partido Comunista, víveres, medicamentos, dinero y armas. También se supo que Adam Malik, uno de los hombres más cercanos al general Suharto, estaba a sueldo de la CIA desde antes del golpe. Más allá del exterminio de »comunistas», Suharto invadió y ocupó Timor oriental en 1975, de nuevo con el beneplácito de los Estados Unidos. Las atrocidades cometidas por el ejército indonesio en la nueva colonia dejaron centenares de miles de muertos y desplazados. Hasta su caída en 1998, Suharto recibió el apoyo de las distintas administraciones norteamericanas, siendo recibido con los brazos abiertos por Bill Clinton y Al Gore en la Casa Blanca en 1995. El capital transnacional, con el Banco Mundial a la cabeza, ha sido otro de los grandes valedores de una de las dictaduras más terribles y sanguinarias de la segunda mitad del siglo XX.
The Act of Killing trata de la masacre contra los comunistas desencadenada en 1965. Pero no es una recopilación de imágenes morbosas de torturas, violaciones y muertes, quienes esperen ver algo así se equivocan por completo; la obra del Joshua Oppenheimer va mucho más allá. La premisa de The Act of Killing nace de manera un tanto fortuita. Su director viajó a Indonesia con la intención de hacer un documental -desde la óptica de los supervivientes- sobre el actual régimen indonesio, que no es más que una continuación burdamente maquillada de la dictadura de Suharto. Pero el ejército descubrió lo que se traían entre manos y amenazó a quienes colaboraran con él. Los mismos supervivientes amenazados fueron quienes sugirieron a Oppenheimer que, antes de echarse atrás, se acercara a los autores de las matanzas para que ellos mismos se lo contaran. Poco convencido y asustado, el director observó que no solo estaban dispuestos a colaborar, sino que estaban encantados de hacerlo.
El eje central de The Act of Killing son las reconstrucciones que los propios asesinos hacen de sus crímenes. El documental carece de narración y el director solo interviene en contadas ocasiones para hacer preguntas. De la mano de Oppenheimer, observamos atónitos un país controlado por mafias y grupos paramilitares que están integrados por miembros del gobierno. De hecho, las mafias, los paramilitares y el gobierno son una misma cosa; no sin razón el régimen de Suharto fue descrito en su momento como »capitalismo gangsteril». A la media hora de documental nos damos cuenta de que poco o nada ha cambiado.

Las reconstrucciones quedan en manos de los asesinos -algunos de ellos con centenares de muertes a sus espaldas- y se hacen entre risas y bromas. Por establecer un paralelismo, es como si los nazis hubiesen salido victoriosos y ahora viésemos a miembros de las SS recreando con orgullo sus crímenes. La versión oficial indonesia considera a los paramilitares que exterminaron a los comunistas como héroes nacionales, y en el documental hasta se ve como visitan un plató de la televisión nacional en el que se enaltece el genocidio entre sonrisas. Todo es tan atroz e impactante que en ocasiones el cerebro se niega a creer lo que estamos viendo. Pero hay que subrayar que en ningún momento se ve una sola gota de sangre real; las reconstrucciones resultan, en muchos casos, tan poco realistas que si las viésemos descontextualizadas nos dejarían prácticamente indiferentes. En algunos momentos, los intérpretes hasta intentan dar un toque cómico y onírico a sus reconstrucciones, lo que convierte el documental en una auténtica pesadilla. El horror de The Act of Killing no radica en la violencia física, sino en el impacto emocional.
En dos horas y media (existe otra versión de dos horas) Joshua Oppenheimer consigue entretener, estremecer, apabullar al espectador y, al mismo tiempo, denunciar el olvidado genocidio indonesio, al gobierno corrupto y criminal de Indonesia, a los gobiernos e instituciones financieras que lo apoyan, y a los medios de comunicación que ocultan lo que allí ocurre. Además, ofrece una reflexión muy interesante acerca de la culpa y determinados aspectos de la naturaleza humana. Y por si fuera poco, brinda al pueblo indonesio una valiosa herramienta para repensar su pasado y presente; tanto es así que, gracias a la difusión del documental, por primera vez se ha reconocido desde instancias del gobierno indonesio que allí hubo un genocidio. En conclusión, una lección magistral de cine y compromiso que pasará a la historia, y que sin duda dará mucho que hablar.

Borja
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The Act of Killing (El acto de matar) | Mundo Infestado says:
2 abril, 2014 at 4:17 pm
[…] http://www.sepiavlc.com/act-of-killing/ […]